GEMA mayo

Hay cuatro necesidades fundamentales en el ser humano. Las necesidades de ser apreciado, necesitado, importante y admirado.

El bienestar y la autoestima dependen en gran medida de la sensación de que importamos y aportamos valor. La psicología moderna destaca que el “mattering” –sentirse valorado y útil– es una necesidad fundamental del ser humano. Estudios recientes confirman que esta sensación se asocia con menor ansiedad y mayor autoestima y apoyo social. A nivel cerebral, las recompensas sociales simples (una sonrisa, un elogio) activan circuitos de recompensa que nos hacen sentir aceptados y motivan a fortalecer vínculos. En este contexto, nos centraremos en cuatro necesidades esenciales –sentirse apreciado, necesario, importante y admirado–, explicando cómo fomentarlas y su impacto en tu desarrollo personal.

Sentirse apreciado

Sentirte apreciado significa que los demás reconocen tu esfuerzo y te valoran. Esta experiencia eleva el ánimo y refuerza tu confianza: personas que se sienten agradecidas y valoradas suelen mostrar más motivación prosocial. Por ejemplo, recibir un cumplido genuino de un colega o el abrazo de un amigo después de un logro hace que nuestra autoestima suba al instante. La investigación muestra que cuando alguien se siente apreciado por su pareja, está más dispuesto a sacrificarse por ella. Asimismo, las neurociencias evidencian que pequeños gestos –una sonrisa, un “gracias”– son señales de aceptación que nos gratifican y nos animan a estrechar lazos.

Ejemplo práctico: Imagina un día en que tu jefe, tras una presentación exitosa, te dice: “Hiciste un gran trabajo, de verdad valoro tu esfuerzo”. Esa apreciación honesta no solo te alegra, sino que te motiva a seguir dando lo mejor de ti.

Cómo fortalecer esta necesidad:

  • Expresa y recibe gratitud. Agradece a quienes te ayudan y acepta sus elogios; dar y recibir cumplidos sinceros reforzará el aprecio mutuo.
  • Comparte tus logros. Comunicar de forma humilde tus avances (en el trabajo, estudios o hobbies) permite a otros reconocerte.
  • Rodéate de personas positivas. Busca entornos (familia, amigos, grupos) donde se valore y reconozca el esfuerzo de cada uno.

Sentirse necesario

Sentirte necesario implica percibir que tu contribución es útil para los demás. Tener un propósito —saber que alguien cuenta contigo— potencia las emociones positivas y la conexión social. Un estudio reciente con adolescentes encontró que los días en que se sentían necesarios y útiles, reportaban más emociones positivas y mejor conexión familiar. En la práctica, esto ocurre cuando ayudas a un familiar en apuros o colaboras en un proyecto de equipo. Al sentirte indispensable, crece tu sentido de significado personal y tu compromiso.

Ejemplo práctico: Piensa en alguien que te necesita: tal vez un vecino mayor que espera tu llamada semanal, o un compañero que te pide consejo. Tu rol en sus vidas da sentido a tus días.

Cómo fortalecer esta necesidad:

  • Contribuye con tus habilidades. Ofrece tu ayuda a quienes te rodean: ayuda con las tareas del hogar, tutorías, mentoría o voluntariado. Sentirte útil en proyectos colectivos refuerza tu valor.
  • Asume responsabilidades. En el trabajo o estudio, encárgate de tareas que requieran de tu apoyo; en familia, participa activamente en decisiones o actividades.
  • Comparte tu tiempo y conocimientos. Enseñar o colaborar en algo (por ejemplo, un pasatiempo o deporte) hace que los demás dependan de ti de manera positiva.

Sentirse importante

Sentirse importante es percibir que importamos en un nivel más profundo: que dejamos huella. Este sentimiento está ligado a la autoestima y al bienestar psicológico. La investigación indica que “sentirse importante” se vincula con menor depresión y mayor autoestima y redes de apoyo. Es parte del mattering: saber que lo que haces importa para otros y para tu comunidad. Cuando crees que tus acciones tienen impacto (por ejemplo, un profesor que inspira a sus alumnos, o un voluntario que logra un cambio social), refuerzas tu autoconcepto y te sientes más pleno.

Ejemplo práctico: Imagina que un colega te agradece porque tu idea fue clave para resolver un problema del equipo. Ese reconocimiento te recuerda que tus aportes son valiosos.

Cómo fortalecer esta necesidad:

  • Define metas significativas. Trabaja en objetivos alineados con tus valores. Lograr metas que te importan hace que te sientas protagonista de tu historia.
  • Reflexiona sobre tus logros. Lleva un diario breve donde anotes avances personales y reconocimientos recibidos; así recordaras tus éxitos y su relevancia.
  • Busca retroalimentación positiva. Pide la opinión sincera de personas de confianza sobre tus fortalezas; saber cómo influyes en ellos puede reforzar tu importancia.

Sentirse admirado

Sentirse admirado implica que hay personas que respetan tus cualidades o logros, lo que puede motivarte a superarte. La admiración tiene un efecto inspirador: contemplar o recibir admiración te impulsa al crecimiento personal. De hecho, estudios muestran que la admiración está asociada a mayores niveles de desarrollo personal. Admirar a alguien nos anima a aprender de él, y ser admirado nos hace sentir valiosos y confiados. Es importante, sin embargo, cultivar una admiración sana y auténtica, basada en la integridad y la contribución al bien común.

Ejemplo práctico: Un joven científico podría admirar a una investigadora reconocida, lo que lo impulsa a estudiar más y a contribuir con sus propias ideas. Al mismo tiempo, ser reconocido por tus compañeros por tu ética de trabajo genera orgullo y te anima a seguir progresando.

Cómo fortalecer esta necesidad:

  • Identifica modelos a seguir. Encuentra personas (reales o históricas) cuyas habilidades o valores admiras; inspirarte en ellas puede guiar tu desarrollo.
  • Desarrolla tus talentos. Trabaja en lo que haces bien y comparte tus conocimientos; el respeto genuino de otros suele surgir cuando das lo mejor de ti.
  • Actúa con integridad. Ser congruente y auténtico genera admiración natural; las personas respetan a quienes actúan según sus principios.

Impacto en el bienestar y la autoestima

Cubrir estas necesidades revitaliza tu bienestar integral. Al sentirte apreciado y necesario aumentan la autoestima y las emociones positivas. Reconocer tu importancia te protege contra la ansiedad y la depresión, reforzando una autoimagen fuerte. Admirar y ser admirado fomenta la inspiración y el aprendizaje continuo. En conjunto, la evidencia científica señala que experimentar estas satisfacciones emocionales genera resiliencia: te recuperas mejor de los retos y mantienes una actitud proactiva. En resumen, cuando nos sentimos valorados y valiosos, florecemos personal y socialmente.

NecesidadImpacto en bienestar y autoestimaCómo cultivarla (acciones prácticas)
Sentirse apreciadoRefuerza la autoestima, motiva vínculos sociales y comportamientos altruistas.Expresa y recibe gratitud; valora a quienes te rodean; comparte tus logros con humildad.
Sentirse necesarioPotencia el sentido de propósito y produce emociones positivas duraderas.Ayuda en proyectos sociales o de trabajo en equipo; ofrece tu apoyo en familia y comunidad.
Sentirse importanteMejora la autoimagen, disminuye ansiedad/depresión y fortalece las relaciones.Establece metas con significado; reconoce diariamente tu impacto; busca feedback positivo.
Sentirse admiradoEstimula la inspiración, la confianza y el crecimiento personal.Identifica modelos a seguir y aprende de ellos; actúa con integridad; comparte tus éxitos.

Todos los días actúa en dirección contraria a los demás

Puedes producir un cambio gigantesco en tus relaciones personales si en vez de pensar en la satisfacción de tus necesitades, actúas para apoyar a las personas que te rodean a sentirse apreciadas, necesarias, importantes y admiradas.

Tu magnetismo y atractivo se incrementará notablemente y, además, también verás satisfechas tus propias necesidades.

Tu desarrollo personal florece cuando tienes estas necesidades básicas. Reconoce tu valor y busca activamente entornos que te retribuyan ese valor. Cada gesto de gratitud que recibes, cada vez que ayudas a alguien o eres un modelo para seguir, construye tu confianza y bienestar. Empieza hoy: dedica unos minutos a reflexionar sobre tus fortalezas, agradece a alguien cercano o involúcrate en una causa que te apasione. Pequeñas acciones constantes te acercarán a una autoestima sólida y un crecimiento auténtico. Recuerda: tú importas y mereces sentirte apreciado, necesario, importante y admirado. ¡Toma la iniciativa para cultivar esas experiencias en tu vida y despégate hacia un bienestar más pleno!

Hay actos que no solo cambian la vida de otros, sino que nos transforman desde adentro. Uno de ellos es el servicio desinteresado: ayudar sin esperar nada a cambio. En una época marcada por la prisa, la competencia y el individualismo, este tipo de servicio se vuelve un acto revolucionario… y profundamente humano. Pero lo más sorprendente es que quien más se beneficia de ayudar con el corazón limpio, eres tú.

No necesitas mucho. Solo disposición. Aquí van algunas formas prácticas:

  • Llama a alguien que sabes que lo necesita, sin buscar nada a cambio.
  • Dona una parte de tu tiempo a una causa cercana.
  • Escucha sin interrumpir. A veces eso es todo lo que alguien necesita.
  • Haz algo bueno por alguien que nunca podrá devolvértelo.
  • Cultiva el hábito de ayudar a diario, aunque sea en cosas pequeñas.

Reflexión guiada: “Cuando yo ayudé…”

Objetivo: Conectar con experiencias propias de servicio desinteresado.
Instrucción: Escribe sobre una ocasión en que ayudaste sin esperar nada.

¿Qué hiciste?

¿Cómo se sintió la otra persona?

¿Cómo te sentiste tú?

Abrir chat
Hola, soy Norma. ¿En qué puedo ayudarte?