Si tienes que elegir una alternativa para un proceso importante, ¿cuál es tu proceder? Es importante que te observes para conseguir mejores comportamientos al tomar decisiones.
Hay muchas personas que les cuesta tomar una decisión. Emplean mucho tiempo en cavilaciones antes de elegir una opción. Cuando finalmente toman una, suele suceder que estén constantemente pensando que tal vez era mejor haber tomado otra alternativa. Muchas, incluso, dejan el proceso en que estaban y recomienzan de otra manera. Esto, si es que la oportunidad sigue todavía vigente. A veces, el tiempo pasa y la oportunidad se pierde.
Es conveniente que analices razonablemente las opciones que se te presentan. Luego, elige la que mejores posibilidades presente, sin esperar que alguna cuente con un resultado garantizado, pues no existe en nada una seguridad total. Y comienza a actuar sin dejarte distraer por las otras alternativas. Si ya elegiste una, termínala (a no ser que percibas un inminente fracaso).
Si comienzas algo y lo llevas a término, siempre será exitoso, no importa el resultado final. Si obtuviste lo que deseabas, aprendiste cómo hacer las cosas. Si no lo obtuviste, aprendiste un poco más de cómo no hay que hacerlo. Con esa experiencia, en tu próximo intento estarás más cerca del triunfo. Pero si comienzas algo y no lo terminas, nada habrás aprendido pues nunca sabrás en qué habría terminado.
¿Eres indeciso? ¿Te cuesta tomar alternativas? Si es así, es algo que es conveniente corregir o mejorar. Lógicamente hay que darse un tiempo para analizar las opciones que se tienen antes de tomar una decisión. Pero, por otra parte, no es conveniente demorarse mucho, pues las oportunidades tienen un tiempo limitado. Si no se aprovechan, tardarán en volver.
Hay algunas normas básicas que ayudan a tomar mejores decisiones. En primer lugar, hay que decir que no hay una alternativa perfecta: no puedes esperar una seguridad completa. Siempre habrá alguna posibilidad que se presenten imprevistos o aspectos no considerados previamente.
Comienza documentándote en forma tan completa como sea posible. Considera todo lo que puedas obtener que ilustre la situación a la que te enfrentas. No pierdas tiempo divagando o especulando: consulta a los expertos. No sirven de mucho las opiniones de personas que no tengan experiencia en el asunto, por muy amigas que sean.
Luego, haz una lista de las alternativas que descubras. En cada una de las opciones anota los elementos que tienes a favor y los elementos que tienes en contra. Deja de pensar en esto durante un tiempo razonable y vuelve a hacer un análisis. Aquí quizás descubras otras alternativas u otros factores, ya sean a favor o en contra de las opciones que elegiste.
Finalmente, toma la alternativa con más elementos a favor y menos en contra. Tómala con decisión y sin pensar más en las otras.
Sergio Valdivia Correa